Si el niño presenta sangrado nasal como consecuencia de un golpe en el rostro y nariz, se hace necesario la valoración médica en los servicios de emergencias.
Los sangrados espontáneos, esos en dónde de repente empieza a sangrar la nariz del niño, son diferentes y se tratan de diferente manera. Es importante saber que la mayoría de estos sangrados no son graves, aunque puede resultar alarmante para las mamás y para los profesores en las escuelas y jardines de niños. Observar a un niño sangrando por la nariz, resulta mortificante para la mayoría de las personas.
Causas
Las causas del sangrado nasal, pueden ser múltiples, pero las más comunes son las siguientes: alergias, catarro común, sacudirse la nariz enérgicamente, escarbarse la nariz, tratar de remover mocos secos y duros, ambientes interiores calientes o secos, meter cuerpos extraños en las fosas nasales y el uso indiscriminado de soluciones nasales.
Qué hacer cuando a un niño le sangra la nariz:
Primero, lo que no se debe hacer;
Lo que por impulso hacen algunas personas, es tratar de echar hacia atrás la cabecita del niño o incluso, acostarlo, para intentar detener el sangrado. Lo que esas personas no saben, es que eso está contraindicado. No sé debe hacer, por el grave riesgo de broncoaspiración y porque la sangre que escurre hacia atrás de la nariz puede irritar el estómago.
Tampoco está indicado que los padres o maestros introduzcan dentro de la nariz del niño, objetos o sustancias de ningún tipo, para tratar de detener el sangrado. El médico es el único que está autorizado y capacitado para colocar un taponamiento y eso se realiza únicamente en casos de sangrado extremo.
Lo que sí se debe hacer:
Inclinar la cabeza del niño hacia adelante, como si quisiéramos que la sangre alcanzara el piso, a fin de que no escurra por detrás de la nariz.
Aplicar presión en la región blanda, donde comienza el puente nasal, por espacio de algunos minutos. Si el sangrado no se detiene a pesar de lo anterior, es necesario llevar al niño al hospital.